Ya está aquí. La revolución del triple-doble ha llegado a la NBA, y parece que lo hace para quedarse. Fenómenos extraterrestres aparte, como son la temporada de Russell Westbrook y James Harden, la NBA está ante una muy atípica temporada en lo que a triples-dobles se refiere.
Todavía con casi media temporada por delante, sumamos ya un total de 66 triples-dobles esta temporada: Russell Westbrook (26); James Harden (14); LeBron James (5); Draymond Green (4); Giannis Antetokounmpo, DeMarcus Cousins, Julius Randle (2); Paul, Griffin, Jokic, Lowry, Rondo, Marc, Frazier, Batum, Towns, Durant, Brogdon (1).
Como os comentaba. La NBA está viviendo una auténtica revolución. Si ya os hablé hace no mucho del cambio y el impacto que supone la evolución del triple en esta «nueva» NBA, el gráfico que presento a continuación refleja a la perfección cómo la evolución del triple-doble desde la temporada 2011-12 hasta esta misma temporada, parece no tener techo:
CUANDO EL TRIPLE-DOBLE SE HACE COMÚN
En principio siempre se ha interpretado conseguir un triple-doble como realizar un gran partido, o al menos un partido muy completo. Pero el mismo hecho que me lleva a escribir este artículo, la frequencia con la que estamos viendo durante este último año un triple-doble, lo está empezando a convertir en algo menos excepcional de lo que siempre había sido, y además, cada vez más, en el centro de las críticas.
Por qué digo esto… Cuando tienes tantos seguidores en Twitter, aparte de ser un verdadero orgullo y un gusto el poder entrar y tener notificaciones y gente con la que hablar de lo que te gusta, también supone leer la opinión de muchas personas. Y os aseguro, que hay gente harta de criticar a Russell Westbrook. ¿Cómo se puede criticar a un jugador que está haciendo algo tan histórico como promediar un triple-doble con comentarios tan absurdos como «es que le dejan coger los rebotes» ?
Si Westbrook ya logró la temporada pasada la mejor marca de triples-dobles de los últimos 30 años (18), a estas alturas de temporada puede presumir de haber conseguido ya 26 y de estar pulverizando récords históricos. Westbrook va camino de marcas que no se lograban desde hace 60 años. Su evolución es el claro reflejo de la revolución del triple-doble en la NBA, y la marcha de Durant ha sido el colofón para disfrutar de su explosión definitiva:
MÁS ALLÁ DE LOS NÚMEROS: UN NUEVO SISTEMA DE JUEGO
Aunque actualmente sólo lo haga Westbrook, promediar un triple-doble no me parecería ninguna locura para varios jugadores de la NBA (veáse James Harden, LeBron James, Giannis Antetokounmpo, Draymond Green…), y esto si es una novedad. Aquí es donde llega la verdadera revolución. Los jugadores polivalentes copan la NBA. Y no sabemos, y probablemente nunca sepamos, si es A lo que provoca B o si es B el causante de A, pero desde luego la evolución del triple y la revolución de los triples-dobles son historias paralelas en el desarrollo de los nuevos sistemas de juego.
Los equipos rápidos y ofensivos toman el control de la liga ante los cada vez más reducidos equipos lentos y defensivos. El juego ofensivo potencia las estadísticas, se suman más puntos, se reparten más asistencias, se consiguen más rebotes (se fallan más tiros). Se consiguen más triples-dobles. La dinámica ‘Warrior’ se está convirtiendo en tendencia (y en una bendición) para equipos como Rockets y jugadores como Westbrook. Entre 3 de los equipos más rápidos de la liga (2º Warriors, 4º Rockets, 6º Thunder) suman 42 de los 59 triples-dobles de esta temporada (71%).
Evidentemente un triple-doble no deja de ser una estadística más, pero si logramos ver más allá de los números, nos daremos cuenta de que son un fiel reflejo de la nueva situación que vive la NBA. El denominado small ball, que tan de moda está, es la evidencia más grande de ello. Ya no hacen falta jugadores altos, no necesitas a un siete pies para cerrar el rebote. Puedes jugar con un alero de 5, y sino ya tenéis ahí el sistema de elección del All-Star para demostrárnoslo. Y cual pescadilla que se muerde la cola, el small ball que los Warriors llevaron a su máximo esplendor durante la temporada 2014-15, es cada vez más un denominador común en muchos equipos de la liga, lo que reduce la desventaja de este sistema de juego ante los pivots dominantes y lo hace aún más poderoso.
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